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Declaración de Bien de Interés Cultural BIC, en la categoría de Monumento.
El sistema de abastecimiento hidráulico, denominado Arca del Agua, es un proyecto constructivo realizado en el siglo XIV, que tuvo sus orígenes a finales del siglo XIII y que conserva su uso en la actualidad.
Su construcción está unida a la edificación y desarrollo del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, por lo que tiene una especial importancia al tratarse del único caso conservado de este tipo de equipamientos e infraestructuras ligadas al desarrollo económico de un gran complejo monacal.
El Arca del Agua es una obra de gran interés desde el punto de vista de la historia de la ingeniería hidráulica medieval, pues se diseña siguiendo un modelo de técnicas y soluciones constructivas ampliamente difundidas en el sur de Europa y en España a lo largo de la Baja Edad Media y la Edad Moderna.
El complejo hidráulico conserva todas las partes necesarias para la comprensión del funcionamiento de una obra de esta naturaleza, tales como el sistema de captación por excavación hasta alcanzar los veneros o manantiales naturales del terreno; la estructura de almacenamiento y purificación de las aguas mediante dispositivo de decantación por gravedad y la conducción hasta la entrada del casco urbano de Guadalupe por medio de tubos cerámicos.
También se ha procedido a aprobar el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de monumento, el patrimonio histórico y artístico de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en Acebo, considerada un ejemplo singular dentro de la arquitectura gótico-renacentista de Extremadura.
En su construcción (1508-1710) intervinieron maestros canteros y arquitectos como Antonio de la Puente, Francisco Hernández, Juan de Alvíz y, especialmente, Pedro de Ybarra (de 1554 a 1566), maestro de obras de la orden militar de Alcántara, que es el responsable de la magnífica torre y las trazas del coro.
En el interior de la iglesia se conserva una excelente colección de obras de arte realizadas por importantes artistas del momento. Además destaca el retablo mayor como un bello ejemplo de la doctrina contrarreformista tridentina, en la que predomina lo arquitectónico sobre lo ornamental.
El retablo fue realizado en la primera mitad del siglo XVII por el arquitecto y ensamblador Alonso de Balbás, que diseñó otras obras relevantes como el retablo barroco de la catedral de Plasencia.
La iglesia ocupa una posición dominante en la trama urbana de la localidad, de tal manera que queda enmarcada por las estrechas callejuelas de su entorno, creando escenarios de gran belleza visual.
Por último, se ha aprobado el decreto por el que se declara como Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento, el santuario de Nuestra Señora de Belén, en Cabeza del Buey.
El valor del bien reside, en gran medida, tanto en las grandes dimensiones del conjunto arquitectónico, que se compone de iglesia y claustro, como en las pinturas murales que decoran gran parte de la iglesia, así como yeserías, reja y púlpito de forja.
La construcción de la ermita se relaciona con una aparición mariana a unos pastores. La advocación de Nuestra Señora de Belén es medieval y la construcción y sucesivas reformas del edificio abarcan un largo periodo de tiempo, desde la construcción del primitivo núcleo fundacional, tras la reconquista, hasta determinadas reformas en el siglo actual.
Por su valor histórico, se considera vinculado a este Bien de Interés Cultural todo el conjunto de imágenes, cuadros y cualquier otro elemento devocional perteneciente al mismo.
El santuario se ubica en una finca, cerca de la pedanía de Almorchón y a nueve kilómetros de Cabeza del Buey, en la que hay una olmeda centenaria cuyos ejemplares fueron declarados árboles singulares por la Junta de Extremadura en el año 2005.
Vía: RegiónDigital.com