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La jota candidata a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
Extremadura participa en la candidatura de la jota para su inclusión en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural de España.
La inciativa está impulsada por el Gobierno de Aragon, bajo la coordinación del Ministerio de Cultura y Deporte y la colaboración de otras comunidades autónomas. Se espera que se apruebe la candidatura en el Consejo de Patrimonio Histórico de otoño de 2022.
El pasado lunes 15 de agosto se impulsaron una serie de eventos y jornadas de difusión en redes sociales y medios de comunicación de la candidatura bajo el lema #yoapoyoalajota.
La jota constituye un género musical tradicional en forma de baile popular y canción que aparece, con esa denominación y según algunos estudiosos, en el siglo XVIII y que se desarrolla y está presente, con diferentes matices y localismos, a lo largo de todo el territorio nacional e incluso internacional, a través de la impronta dejada por los españoles en territorios como América Latina o Filipinas.
JOTA EN EXTREMADURA
La jota es un género específico de la música, el baile y la danza de Extremadura. Está ampliamente documentada tanto en obras clásicas producto de las investigaciones etnomusicológicas, como las de Kurt Schlinder, Alan Lomax, y también en la de los extremeños Bonifacio Gil, Manuel García Matos y Ángela Capdevielle.
En la primera obra de García Matos, ‘La lírica popular de la Alta Extremadura’, se recogen ya un gran número de tonadas bajo el epígrafe de jotas’ e incluye entre ellas los conocidos como sones, El cerandeo, El pollo y la pata, El quita y pon, El malandrín y Los perantones.
En Extremadura se suele utilizar el nombre de ‘jota’ de forma genérica para referirse a la mayoría de bailes tradicionales en nuestros pueblos. En las tonadas de jota se repite insistentemente la misma alternancia melódica de estribillo y estrofa, ritmo ternario o binario de subdivisión ternaria y la alternancia constante de la armonía de tónica y dominante. Aun así, en algunas piezas sobre todo de flauta y tamboril se muestran variedad de modos y tonos, y a menudo con cierta traza arcaica.
Se trata de una forma usual de manifestarse por los vecinos de los pueblos, de práctica diaria, autóctona, muy espontánea en ambiente festivos o en cualquier momento de descanso en resolanas (reuniones callejeras de mujeres) o mentirones (reuniones callejeras de hombres).
La coreografía es aproximadamente la misma cuando se arrancan a bailar en un vaivén hacia los lados en cada verso de la estrofa, con impulso alternativos en las vueltas y cruces que alternan, en una formación en hileras enfrentadas, y a partir de ellas, se entretejen lazos y cruces.
Dentro del género de la jota se incluyen algunos bailes como ‘El candil’ de Olivenza, que por su música y por su formación en círculo, se relacionan con los bailes portugueses de la frontera, o ‘El redoble’ de Cáceres que comparte tonada con las de otras zonas españolas, especialmente con la melodía específica de los piteros cántabros.
La jota es un elemento esencial en el repertorio de todos los grupos de folklore extremeños y suele interpretarse cuando empieza la representación formal de exhibición en actuaciones y también como final.
Fuente: Junta de Extremadura